Parábola de la luz del mundo

 LA LUZ DEL MUNDO: SOMOS SEGUIDORES QUE ALUMBRAN AL MUNDO LLENO DE OSCURIDAD.

 

Jesucristo nuestro Señor y Salvador en la parábola de la luz del mundo  y  siempre nos ha hecho saber que tenemos un propósito trascendental en este mundo, y debemos ayudarnos unos a otros en pro de alcanzar una mejor convivencia, llena de aceptación, respeto y tolerancia. La Santa Biblia contiene muchas historias que nos enseñan y llenan de esperanza ante cualquier adversidad.

Básicamente, somos seres de luz porque Jesucristo es luz. Mientras estemos de su lado, ningún mal de la oscuridad ser acercará a nosotros. Al mismo tiempo, nosotros somos seres de luz capaces de esclarecer el camino de quienes más lo necesiten, confiando en la gracia y bondad de nuestro Señor.

En la oscuridad están todos los caminos pecaminosos, donde Satanás actúa e influye para alejarnos del camino de la plenitud y santidad. El problema, o el factor que resulta más curioso, es que como seres humanos, cristianos sabemos que existe el bien y el mal.

Muchas veces, conscientes de esta realidad, realizamos acciones, decimos o actuamos de cierta manera y eso tiene como consecuencia que nos alejamos del Señor, y eventualmente, nos perjudicamos sólo a nosotros. Es posible entonces reafirmar nuestro compromiso y testimonio con Dios y con nuestros hermanos: la luz es el camino que alumbra el camino de los que están perdidos.

La luz siempre vencerá a las tinieblas y a la oscuridad enseñanza:

La luz es una forma de energía que nos permite ver todo lo que nos rodea. Se trata de cualquier radiación electromagnética que se propaga en forma de ondas en cualquier espacio. La luz es popularmente conocida como energía luminosa.

El Sol es la principal fuente natural de luz sobre el planeta Tierra. Ahora bien, imaginemos que entramos en un cuarto, con un espejo. Este cuarto no tiene ningún tipo de energía luminosa. Sin la luz, resulta imposible visualizarnos en ese espejo. Al haber luz, podemos ver nuestro reflejo, y esto no es gracias al espejo; se lo debemos a un fenómeno físico de la luz llamado reflexión.

Con esta breve explicación de física podemos hacer referencia sobre lo importante que es la luz en nuestras vidas. Como cristianos, nuestras acciones deben estar orientadas a ayudar al prójimo; con nuestro testimonio, debemos servir para iluminar la vida de quienes más lo necesitan. Existen muchas frases sencillas, como un “Te quiero.”; “¿Necesitas ayuda?” o “Puedes contar conmigo.”, cuyo impacto sobre otras personas puede ser mayor del que crees. Demostrar amor es la manera más sencilla y efectiva de ser seres de luz.

Las buenas obras son importantes. Y no porque se crea que con ellas lograremos “salvación instantánea” o enriqueceremos nuestro ego. Es sencillamente una cuestión de seres humanos conscientes. Todos necesitamos de alguien alguna vez. Si podemos ser un apoyo para alguien que lo necesite, ¿por qué no hacerlo? ¿Qué te detiene? Es momento de librarnos de prejuicios y pensamientos negativos. Seamos agentes del cambio en la Tierra. Nuestro Señor lo necesita. Nuestro mundo lo necesita.

 

La parábola de la luz del mundo versículo

Mateo 5:14-16.

14”Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse.”

15”Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa.”

16”Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.”

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