La esencia de esta parábola se destaca en el lugar donde cae la semilla cuando se siembra, Jesús señala que hay cuatro ambientes primordiales para crecer día a día en la fe cristiana; junto al camino, sobre la roca, en medio de los espinos y en tierra buena.
El primer ambiente, junto al camino nos enseña que sembrar cerca del mismo equivale a escuchar la palabra de Dios, este señala al tipo de personas que oyen la palabra pero no les llegan al corazón y no la predican como es debida, la parábola puntualiza que estas personas se quedan solamente en la etapa auditiva; en realidad, oyen con problema porque su corazón es malo y duro como una roca, no logran entender la palabra y como resultado de sus actitudes, el diablo arrebata la palabra de sus corazones para que no crean, no tenga fe y no se salven.
Enseñanzas de la Parábola de El Sembrador.
La enseñanza en esta primera parte consiste en que no se debe quedar en la parte auditiva, hay que permitirse escuchar, dejar que la palabra llene su corazón, afianzar su fe en Dios y predicarla a su prójimo.
El segundo ambiente, la que fue sembrada sobre la roca, que creció, se secó, porque no tenía humedad se refiere al hecho en que en ocasiones, sobre las rocas existen capas delgadas de tierra en donde una semilla puede crecer pero se tiene que tomar en cuenta el hecho de la manifestación de los cambios y estar preparado para los mismos, a la semilla le falto agua para seguir creciendo.
El tercer ambiente, la semilla que fue sembrada en medio de los espinos, los espinos crecieron con la semilla pero la ahogaron. Señala el tipo de persona que deja influenciar su fe por pensamientos y actitudes diferentes, que eventualmente la ahogaran por completo trayendo como consecuencia que la palabra de Dios no llegue a su corazón y no produzca raíces.
El cuarto ambiente, La que fue sembrada en la tierra buena, que creció y produjo una cosecha a ciento por uno, otra a sesenta y otra a treinta. Aquí se señala al verdadero creyente que día a día afianza su fe y predica la palabra de Dios al prójimo para instruirlo en el camino de Dios.
Reflexiones de la Parábola de El Sembrador.
Así como la semilla, son las personas que creen por un tiempo que al momento de un cambio pierden la fe, caen en las tentaciones y abandonan el evangelio. Nunca se debe perder la Fe sea cual sea el cambio que se presente, siempre se debe seguir afianzándola y alimentándola para crecer en el camino de Dios.
Confía en ti mismo y tu fe en Dios y no te dejes influenciar por las preocupaciones y engaños que te pueda ofrecer el mundo. Lo correcto, lo que nos enseña y nos hace refexionar ésta parábola es que se tiene que oír, entender, creer, retener y dar muchos frutos.
La Parábola de El Sembrador versículos:
Mateo 13
Parábola del sembrador
(Mr. 4.1-9; Lc. 8.4-8)
13 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
9 El que tiene oídos para oír, oiga.