Parábola de los dos Cimientos

La importancia de la practica de lo que profesamos

No es suficiente con oír la palabra, es necesario ponerla en práctica. En esto se resume esta parábola de la Santa Biblia, que reafirma nuestro compromiso como seres cristianos de apegarnos a las enseñanzas del libro sagrado y promover los buenos valores y la buena fe hacia nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.

Sobre esta parábola de los dos cimientos, se trata de una de las que Jesús dio a sus discípulos y a una multitud de gente, específicamente en la séptima sección del Sermón del Monte. Nuestro Señor se preocupaba por que las palabras que Él predicaba en ese momento no quedaran ahí, por el contrario, quería que las aplicaran a sus vidas y vieran realmente un cambio significativo.  No podía tratarse de palabras vacías, los oyentes debían internalizarlas para poder ellos, a su vez, predicarlas y poner en práctica esas enseñanzas impartidas por Él.

Se trata entonces de obedecer a nuestro Señor Jesucristo en cuanto a la aplicación de estas palabras sagradas en nuestras vidas. En este mundo actual, tan tumultuoso y lleno de cambios a nivel cultural y social, la percepción sobre lo que se considera “bueno” o “malo” puede variar fácilmente. Y no es sólo hoy; cada período que comprende la historia del ser humano ha tenido sus enfoques e ideas que nos hicieron cambiar de parecer según las normas y movimientos sociales de la época. Es por eso que se plasmaron en la Santa Biblias historias y relatos como las parábolas, que ayudaran a dar sentido a todo lo que ocurre en nuestras vidas.

Los cimientos hacen referencia a nuestra palabra y honor como Hombres de fe.

El Hombre (como ser humano, hace referencia tanto a hombres como mujeres) debe hacerse responsable por cada acción que realiza y cada palabra que predica.

Bien lo explicaba nuestro Señor Jesucristo en esta parábola de los dos cimientos; una persona insensata e insegura en cuanto a sus creencias y acciones, equivalía a un hombre que construía una casa sin cimientos o bases sólidas.

A la hora de una tormenta o un estremecimiento, la misma se desplomaría, debido a que no fue edificada sobre cimiento sólido; el resultado era una casa  en ruinas. Por el contrario, una persona segura de las palabras que predica, obediente ante el llamado de llamado de nuestro Señor en cuanto a labores cristianas y de buena voluntad, equivalía a un Hombre que construía su vivienda con cimientos sobre la roca.

A la hora de cualquier contingencia o situación difícil y desafiante, la casa podrá sacudirse, pero nunca derrumbarse, pues las bases son firmes.

En nuestro paso por este espacio terrenal, debemos enfocarnos en difundir mensajes de aliento y esperanza, hoy en día es más necesario que nunca. La Santa Biblia es una herramienta que seguro puede ayudarnos a propagar la fe y creencia del pueblo cristiano.

Ten en cuenta que no es sólo oír la palabra; debes aprender a escuchar, para así poder ser un agente del cambio en la vida del prójimo. La idea es reforzar e incluso cambiar las bases de quienes aún no están seguros de su fe.

La parábola de los dos cimientos versículos:

Lucas 7:46-49.

46“¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer?”

47“Les voy a decir como quién es el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica:”

48“Es como quien, al construir una casa, cava hondo y pone los cimientos sobre la roca. En caso de una inundación, si el río golpea con ímpetu la casa, no logra sacudirla porque está asentada sobre la roca.”

49 “Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica, es como quien construye su casa sobre el suelo y no le pone cimientos. Si el río golpea con ímpetu la casa, la derrumba y la deja completamente en ruinas.”

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