¿Cuál es el salmo 99?
1 ¡El Señor reina! Tiemblan los pueblos.
El tiene su trono sobre los querubines: la tierra vacila.
2 ¡Grande es el Señor en Sión!
3 El se alza sobre todas las naciones.
Alaben tu Nombre grande y temible.
¡Santo es el Señor!
4 Tú eres el rey poderoso que ama la justicia,
tú has establecido lo que es recto,
tú ejerces sobre Jacob el derecho y la justicia.
5 Glorifiquen al Señor, nuestro Dios,
adórenlo ante el estrado de sus pies.
¡Santo es el Señor!
6 Moisés y Aarón, entre sus sacerdotes,
y Samuel, entre los que invocaban su Nombre,
clamaban al Señor y él les respondía.
7 Dios les hablaba desde la columna de nube;
ellos observaban sus mandamientos
y los preceptos que les había dado.
8 Señor, nuestro Dios, tú les respondías;
tú eras para ellos un Dios indulgente,
pero te vengabas de sus malas acciones.
9 Glorifiquen al Señor, nuestro Dios,
y adórenlo en su santa Montaña:
el Señor, nuestro Dios, es santo.
Fidelidad de Yahvé para con Israel
El salmo 99 habla de dos cosas que parten de la misma idea, Dios, hablan de su grandeza y su soberanía, como también hablan de su santidad. Según la literatura esto debe ser un himno de alabanzas que señalan también que hay que obedecer la ley del Señor. La composición podría ser de los tiempos de el exilio, y tiene un estilo de lírica.
En los otros salmos se hablaba de que la llegada de Dios iba a iniciar el triunfo de la igualdad y la justicia en la tierra, pero en este se cambia un poco la secuencia que se llevaba al hablar solo del reinado de Yahvé . En esta se enfatiza la transcendencia y majestuosidad sagrada del Señor, que está rodeado de los ángeles. Expuesta la soberanía del Padre celestial en el universo, y que su reino observa todo desde los cielos, Él se encuentra también en Sión, su morada en la montaña santa para realizar portentos para su pueblo.
Desde el santuario de Israel se envía un mensaje de salvación para todos los pueblos, lo que significa que aunque la morada de encuentre allí, Él preside a todos. Yahvé es un santo, el adjetivo conlleva la trascendencia e incapacidad para contaminarse. El salmista habla de la ley y la historia de Jerusalém como el centro de su vida para poder purificarse, de ese modo la comunidad hebrea es como un faro de luz para el resto de la naciones.
¿Qué dice la segunda parte del salmo 99?
En la segunda parte del salmo 99 el poeta narra las relaciones que Dios tiene con los gobernantes de la clase sacerdotal (Moisés y Arón, Samuel), sin afincarse en la calidad de las ofrendas que ellos dan sino en el trabajo que deben tener como mediadores. A Samuel, quien fue famoso por los resultados de sus oraciones, le hablaba desde el arca de la alianza, gracias a Dios Moisés pudo consagrar a Arón y sus hijos, quienes fueron modelos de intercesión.
El salmista le recuerda a todos la tradición. Ellos recibieron la ley o los mandatos de Dios a través de su testimonio y sabían que tenían el gran deber de cuidarlos y guardarlos. Sin dejar ningún cabo suelto el poeta recita también aquellas faltas que cometieron los amigos del Señor y que por eso tuvieron un castigo severo. El salmo finaliza con la exhortación en honor a Yahvé y un homenaje de Él en su santo monte, Sión. Aunque sea el creador de todo, el Rey del universo sigue teniendo aun con sus querubines, una preferencia por Israel que es su pueblo elegido.
El santuario de Jerusalém será siempre una muestra de su poder y allí se encontrará ante todos el sacerdocio legítimo que viene después de Aarón. Este lugar era el corazón de la monarquía sucesiva a la dinastía de David, consagrada al mismo tiempo por una vez más, Samuel.