Salmo 16

¿Cuál es el salmo 16?

1 Mictán de David.

Protégeme, Dios mío,

porque me refugio en ti.

2 Yo digo al Señor:

«Señor, tú eres mi bien,

no hay nada superior a ti».

3 Ellos, en cambio, dicen a los dioses de la tierra:

«Mis príncipes, ustedes son toda mi alegría».

4 Multiplican sus ídolos y corren tras ellos,

pero yo no les ofreceré libaciones de sangre,

ni mis labios pronunciarán sus nombres.

5 El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,

¡tú decides mi suerte!

6 Me ha tocado un lugar de delicias,

estoy contento con mi herencia.

7 Bendeciré al Señor que me aconseja,

¡hasta de noche me instruye mi conciencia!

8 Tengo siempre presente al Señor:

él está a mi lado, nunca vacilaré.

9 Por eso mi corazón se alegra,

se regocijan mis entrañas

y todo mi ser descansa seguro:

10 porque no me entregarás la Muerte

ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.

11 Me harás conocer el camino de la vida,

saciándome de gozo en tu presencia,

de felicidad eterna a tu derecha.

 

Una Herencia Escogida

El Salmo 16 expresa la ansiedad que tiene el hombre por acercarse a Dios, es una plegaria hecha por un justo. El salmista muestra la felicidad de su alma cuando pudo encontrarse con Yahvé. A partir de aquí es que se crea la amabilidad con los fieles a los mandatos de dios, y el inicio de la reprobación de quienes practican acciones de idolatría.  Difícilmente un ídolo podrá generar verdadera alegría a sus seguidores. Se ha llegado a ver incluso populistas que llegan a su puesto en condiciones pocos morales, algunos hasta se han atrevido a violar directamente las leyes de Dios.

Salmo 16

Fue escrito por David según su título,  está compuesto por 11 versículos y cuatro estrofas. La veracidad de su autor se mantiene por la cita de un apóstol, San Pedro, quien probó la relación con Cristo de dicho salmo «No tiene importancia para la argumentación de Pedro que el autor del salmo sea David u otro. Si David ha muerto, con mucha más razón cualquier otro debe sufrir las consecuencias de la muerte, a no ser su Hijo, más grande que él». Sin embargo hay quienes creen que pudo ser escrito por el profeta Jeremías después del exilio babilónico. Hay ciertas expresiones que le dan al salmo un carácter mesiánico.

¿Con cuáles salmos se asemeja el salmo 16?

Comienza con la indicación Miktam y se le atribuye el salmo a David, esta palabra vuelve en el salmo 56 y 60. Muchos piensan que es una señalización musical que aun no se conoce muy bien su sentido, aunque parece esotérico; mientras que en otras partes es la voz hebrea del mismo nombre Mictán cuyo sentido es oscuro. Aquí el tema es la confianza ciega que existe hacia Yahvé, la cual existe con el propósito de conseguir la felicidad, porque solo Él puede darnos la dicha.

Cuando pidas protección divina, siempre la obtendrás, solo tienes que creer.

El salmo 16 habla de la entrega hacia los que están en buena relación con Dios, como los santos, que pueden proveer protección divina. Los autores piensan que David se inspiró cuando estuvo desterrado de Israel. A pesar de esto, el poeta nunca dejó sus creencias aunque en aquella época, cada región tenía su propia religión pero él no cedió ante la expulsión. Para quien reza, los príncipes no son quienes están en altos cargos, son quienes alaban a Dios, lo que se amoldan a las leyes y siguen el ejemplo de la nación santa que es Israel.

El salmista afirma que no quiere pertenecer a ningún grupo que idolatre a ningún príncipe que no tenga conexión con Dios. Él cree que de esa forma solo se multiplican los dolores y por eso no puede ni nombrar a los nobles que poseen riquezas materiales. Sabe que el justo tiene una porción perfecta de felicidad dada por el mismo Yahvé quién es su único Rey y Señor.

La alegría llega con el sentimiento de seguridad que nuestro Señor produce, y es un sentir tan grande que principalmente se siente en el corazón. Con esta protección se pueden enfrentar todos los peligros.


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