«Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la «Calavera»» (Mc 15, 21-22).
«Al aceptar en su voluntad humana que se haga la voluntad del Padre, acepta su muerte como redentora para «llevar nuestras faltas en su cuerpo sobre el madero» (1P 2, 24)» (CIC, 612).
Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.