Oración de sanación por los enfermos

La oración de sanación para el beneficio de los enfermos, es una oración que puedes realizar a petición propia o en beneficio de algún amigo cercano, familiar, pareja/cónyuge o simplemente un conocido que asiste al mismo círculo religioso que tú, que con tu fe quieres cooperarle y pedir a nuestro Dios que sea él quien le ayude a afrontar su enfermedad y le apoye en todo momento para que así, en momentos de angustia y desesperación, sea Dios quien lo consuele, al igual que en momentos de abundancia y salud, sea Dios a quien agradezca por haberlo sanado con sus santas llagas y su sangre divina.

A continuación, te enseñaré la oración de sanación para los enfermos.

Ten fe y únete a esta agrupación dónde pondremos nuestras vidas en las manos del Señor. 

Señor mío,
sabemos y creemos en que tú viviste y resucitaste.
Sabemos y creemos en que tu presencia se encuentra
con plenitud en el Santísimo Sacramento del altar
y dentro de cada uno de nosotros.
Te amamos y adulamos,
porque tú viniste ante nosotros
como pan misericordioso traído del cielo.
Tú eres el significado de la vida plena.
Tú eres la vida y resurrección.
Eres tú, mi Señor, la salud para los enfermos.
El día de hoy traemos ante ti a todos los hermanos enfermos,
porque para tu poder no existe límites de distancia
ni en el espacio infinito ni el tiempo limitado.
Tú eres la eterna presencia y tú sabes de ellos.
El día de hoy, Jesús, te imploro,
que tengas misericordia de ellos,
para que ellos abran sus corazones y permitan tu acceso
y así renueven su fe y confianza en ti, mi Salvador;
te lo pedimos Jesucristo.
Sé compasivo con los que poseen heridas corporales,
heridas espirituales, heridas emocionales,
ellos te están orando y tú los estás oyendo,
cada uno de ellos sigue los testimonios de tus actos
gracias a tu espíritu recobrador de todo el mundo.
Ten misericordia de ellos, Señor.
A partir de este momento te lo pedimos.
Dales tu bendición
y convierte a muchos para que en ti busquen la salud,
que su fe se expanda
y de esta forma de espacio para las bienaventuranzas de tu amor,
para que ellos también sientan la presencia
de tu grandeza y tu amor.
Te lo rogamos, Señor,
por las virtudes de tus benditas llagas,
por la santa cruz y tu majestuosa sangre.
Cúralos, Señor.
Cúralos corporalmente,
Cúrales su corazón,
Cúrales el alma.
Bríndales una vida abundante.
Te lo pedimos por medio de vuestra Santísima madre,
María, la promotora de paz y altar de dolores,
quien presenció, estando de pie, el momento de tu crucifixión cerca de la cruz.
La primera persona en admirar tus benditas llagas,
y que hoy día nos la presentas como nuestra madre.
Tú nos confesaste
que ya te has llevado nuestras molestias
y que las llevaste sobre ti,
tus benditas llagas nos han curado y nos han liberado.
Señor, el día de hoy
venimos ante ti a que presenciarás a todos los enfermos
que ha ti han orado para ser curados,
de esta manera te pedimos que sean aliviados de sus dolencias
y le ofrezcas de tu salud.
Te imploramos por nuestro glorioso padre celestial,
que cures a los enfermos
que leerán esta oración.
Haz que su fe se agrande, su esperanza se expanda
y que broten y estén regocijados de salud para que agradezcan en tu nombre.
Y así tu reino crezca más y más y se presente
en todo los corazones que a él pidan con fe, y a través de los designios de tu amor.
Cada cosa te la pedimos, Señor,
porque tú eres nuestro Señor,
y tú eres el gran pastor y nosotros somos ovejas de tu ganado.
Estamos sumamente seguros de tu gran amor,
que sin nosotros saber el resultado
de nuestras oraciones, tenemos fe y te decimos:
Gracias mi Señor por todo lo que tú harás
en cada uno de ellos.
Te agradecemos por los enfermos
a los que estás sanando y sanarás,
tú, que andas pasando por el corazón de cada uno con tu misericordia.
Te agradecemos, Señor,
por todo lo que tú harás en ellos.
Los dejamos a cargo de ti a partir de este momento
para que tú los bañes con tu majestuosa sangre
y los cures con tus santas llagas.
Por medio de este mensaje
tu corazón de gran pastor les comunique a los enfermos
que van a leer esto.
¡Gracias y mil bendiciones para ti, mi Señor!


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