Día 7 Mansedumbre de San Judas Tadeo

Muchas veces nos cuesta bajar la cabeza ante otros, pues tememos que nos tilden de tontos o faltos de carácter, pero es una manera errada de entender nuestro comportamiento,  una cosa es ser buenos, humildes y tranquilos, y otra muy diferente es ir por la vida como zombis, sin personalidad ni fuerzas para decir sí o no, dependiendo la situación.

Debemos tratar de despojarnos del orgullo y seguir el ejemplo de San Judas Tadeo, quien ha sido un Santo con un testimonio de vida  que enternece e invita a imitar, que mejor regalo para él , que puede estar al lado del Creador y se goza de su presencia.

Nosotros también podemos disfrutar del Reino de Dios, caminemos jubilosos y siendo testimonios vivos de Dios acá en la tierra.

A continuación Mansedumbre de San Judas Tadeo, séptimo día:

No podemos dejar de sentir como San Judas Tadeo con toda su entrega y con su desprendimiento más fraterno, hace de la mansedumbre su estilo de vida, sin dejar atrás la humildad que caracteriza su proceder con los demás, una fiel muestra de que cuando en verdad se cree en Dios, todo se puede hacer en su Santo Nombre.

San Judas Tadeo, imito de su Primo y Maestro Jesús, los sentimientos más nobles y entregados. Ya que el mismo Jesús nos dice: “Aprendan de mí a ser mansos y humildes de corazón”, nos aclara que él nos envía como corderos para estar entre lobos, que mejor apreciación de lo que sucede diariamente en nuestra vida cotidiana.

¿Cuántos hemos sido obedientes? Nos dice Jesús también: “Si alguno golpea tu mejilla derecha, vuelve la cara y deja que te golpee la izquierda”, son muchos pasajes bíblicos donde se nos hace un llamado a la mansedumbre y humildad.

La obediencia que siguió sin ningún reproche San Judas Tadeo, la doctrina de nuestro Salvador donde nos recalca la necesidad de mostrarnos amables y mansos con nuestros hermanos. Una amabilidad no solo en nuestros rostros, también en nuestro proceder, en todas las circunstancias de la vida, donde sin humildad no podemos soportarlas.

Tal y como sucedió en presencia de Agàbaro, soportando gustoso las cárceles y halagando las fieras que le arrojaron los magos, vengándose así, por el triunfo sobre ellas. Algo que logró solo con la señal de la cruz.

Roguemos a San Judas Tadeo para que podamos seguir su ejemplo, y al igual que el significado de su nombre: benigno, misericordioso, amable, dulce y manso, seamos nosotros también así, y después de nuestra vivencia aquí en la tierra, tengamos la esperanza de vivir en la Tierra Prometida.

Amén.

 

Todo lo que pidamos con fe nos será otorgado, así que sin desconfianza ni timidez, sumerjamos nuestras peticiones a los pies de Dios y recemos un Padre Nuestro y una Ave María, esperanzados de que como San Judas, seremos grandes imitadores de Cristo y obtendremos la Gloria eterna.

 


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