Dar de beber al sediento

El agua es una fuente de vida, tanto para la naturaleza como para las personas, pero para muchos que no tienen acceso a ella, sobre todo los más pobres, significa enfermedad y muerte.

En el mundo cada cuatro minutos muere un niño por falta de agua, y esto ocurre en sitios que ni siquiera hemos oído hablar, más de mil millones de personas no tienen acceso al agua potable.

¿Por qué dar de beber al sediento?

Son muchos los que sufren de sed, pero viéndolo en el sentido de la misericordia,  dar de beber al sediento se refiere a la sed espiritual, es decir, a la sed que el hombre lleva internamente y que le da sentido a la vida.

Jesucristo en esta obra de misericordia corporal, se refiere a que dar un vaso de agua no solo saciará al sediento, sino que también saciará la sed profunda de felicidad en nuestros corazones, porque es dando que se tiene vida y seremos recompensados por Dios con lluvias de bendiciones.

De esta manera Jesucristo está ofreciendo el agua de la eternidad, cada vez que damos agua al sediento, saciamos la sed de aquel que la necesita, y compartimos el amor de Dios para el que lo necesita.

Dar de beber implica a veces quedarse con sed, supone que no somos nosotros los que vamos a dar esa agua tan necesitada, en este acto estamos siendo sólo servidores de la voluntad de Dios, quien es el único que nos quitara la sed para siempre.

Con esta obra de misericordia, es una oportunidad de dar a beber a Dios a través del sediento.

 


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