Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Normalmente cuando pensamos en el corazón, lo hacemos en el amor, en los sentimientos que son lastimados e incluso en los instintos y emociones que incluye la pasión sexual, pero en esta bienaventuranza, el corazón está ligado a nuestro interior.

En el cristianismo el significado del corazón se refiere al ser humano en su totalidad, en cuerpo y alma, abarcando el intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia.

La bienaventuranza de los limpios de corazón viene precedida por los misericordiosos, porque el que dispensa la misericordia la pierde, si no se compadece con un corazón limpio, en otras palabras quien busca la ostentación puede perder las bendiciones dadas por Dios.

¿Quiénes son limpios de corazón?

Son los pobres en espíritu, los que sienten tristeza por sus pecados, mientras que los misericordiosos son los mansos, llenos de hambre y sed de justicia, y dispuestos a sufrir en nombre de Dios.

La persona limpia de corazón evita la codicia, los celos, la envidia, el chisme, el falso testimonio, los malos deseos, los fraudes, cumple con su palabra, ama incluso a sus enemigos,  no juzga, no viven exclusivamente por lo material, se aferran al bien, respetan y obedecen la ley de Dios.

Cuando un corazón esta intoxicado por malos pensamientos se aparta del camino y nunca podrá ver a Dios, en cambio quien obra limpiamente de corazón tendrá la bienaventuranza ver a Dios.


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Bienaventurados los limpios de corazón


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