Rogar significa solicitar o suplicar algo para conseguir un favor, un servicio o bien determinado; en la fe cristiana usamos la oración para rogar, la oración es la llave que abre la puerta al corazón y es el pan y la vida del alma.
La oración es un impulso del corazón, en el que el dolor es más imperativo, y donde Dios está comprometidamente involucrado, para ser copartícipe de nuestras virtudes.
Por ello la séptima obra de misericordia espiritual de rogar a Dios por vivos y difuntos, nos muestra las eternas riquezas de gracias que Dios nos ha otorgado, haciéndonos sus hijos por medio de Jesucristo.
¿Por qué debemos rogar a Dios por los vivos?
Con la oración a Dios no sólo nos beneficiamos nosotros mismos, sino que abogamos por nuestros seres queridos y por la humanidad, reconociendo que nuestras vidas se sustentan en él.
Rogar a Dios por los vivos es preocuparse por ellos, nos convertimos en mediadores para que esas personas participen en los beneficios que brinda Dios.
¿Por qué debemos rogar a Dios por los difuntos?
Rogar a Dios por los difuntos, exige tener fe, pues muchas almas divagan en nuestro mundo porque necesitan de nuestra ayuda con la oración.
Esta acción será agradecida por las almas que están en el purgatorio, ya que nuestra oración les ayuda a que sean purificadas de sus pecados y puedan entrar al Reino de los Cielos.
Rogar a Dios por vivos y difuntos es una obra de misericordia, que nos recuerda que estamos en este mundo para conocer, amar, y servir a Dios, y a través de la oración, poder realizar misericordias que salven nuestras almas para la eternidad.