El origen detrás de las bienaventuranzas

En algún momento de la vida, todos los católicos nos hemos encontrado con el término “bienaventuranzas” y ello nos ha hecho reflexionar con el significado que se esconde detrás del término, y la importancia que tiene para un creyente ser conocedor de lo que esto implica.

Para aquellos que aún no comprenden el significado detrás de las bienaventuranzas, les recomendamos que hagan un paseo por el Viejo y Antiguo Testamento, para que descubran que la Biblia está llena de estas reflexiones religiosas.

EL ORIGEN DETRÁS DE LAS BIENAVENTURANZAS

Los expertos en el mundo de las palabras y su origen, expresan que el término nace en el seno del mundo griego y significa que las personas que se consideran “bienaventuradas” son aquellas que están al nivel de un Dios y han dejado por completo el sufrimiento y las penurias, para disfrutar de la divinidad de la alegría, la paz y el amor.

En el caso del mundo católico, las bienaventuranzas son aquellas palabras que durante toda la Biblia son dichas por Dios bajo cualquiera de sus formas, es decir, como Padre o como Hijo.

Durante su tiempo como predicador, Cristo fue conocido por las bellas bienaventuranzas que decía a sus discípulos y que en ocasiones predicaba entre las grandes masa de multitudes.

Con estas bienaventuranzas, Dios buscaba ofrecerle a sus seguidores unas palabras que los llevarán a seguir el camino de la fe y en el cual sería su apego a los designios del señor, lo que en el futuro los liberaría de sufrimiento, pues estarían bajo la protección y cuidado del Padre Creador.

 

LAS BIENAVENTURANZAS EN LA ACTUALIDAD

En la actualidad las bienaventuranzas siguen siendo unas palabras dignas de aclamación y cada vez son más los fieles católicos que refugian su fe en estas palabras que en el pasado fueron dichas por Dios.


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