Oración de sanación al corazón de Jesús por un enfermo

La oración de sanación pedida al corazón de nuestro Señor Jesús en beneficio de un enfermo, es una oración de implorante  para pedir, con el corazón en mano, que el Señor cure o ayude a sanar a un enfermo, como os describe la Biblia, Jesús sanó al ciego de Jericó, le permitió tener vista nuevamente. Jesús, que le diste vida eterna al hijo del funcionario. Limpiaste al leproso. Sacaste de su cuerpo el demonio que poseía al mudo. Curó al hombre que padecía la misma enfermedad hace 38 años. Con esta oración, permitirás que Dios misericordioso intervenga en ti o la salud de quien pidas, para que así su mano bendita toque el corazón del enfermo y ayude a curarlo.

A continuación, te enseñaré la oración de sanación al corazón de Jesús por un enfermo.

Mi dulce Señor, que dijisteis:
 

«Yo soy la resurrección y la vida», tú que traes y llevas nuestras enfermedades, sanaba todo tipo de heridas de los que se acercaban a ti; hoy te pido Jesús de tu divino corazón que sea en pro de los enfermos, quienes te suplican y ruegan que los ayudes, y por intercesión de la Virgen Santísima Madre, la Señora de los Ángeles, la Virgen María, la salud de los enfermos, que tú sanes y alivies los dolores de las enfermedades que padece tu servidor ……, sólo si es un bien común para su alma y su sanación espiritual.

Mi Salvador Jesús, quien al que el funcionario se te acercó para decirte «Venid, Jesús, antes de que mi hijo fallezca» y tú con mucha paz le respondiste «Vete tranquilo, tu hijo vive». Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien al que el ciego de Jericó, que estaba esperando tu llegada sentado en el camino te pidió a gritos «Jesucristo, hijo del Rey David, ten piedad de mí» y tú le respondiste «Tu fe te ha salvado de tu enfermedad, recupera tu vista» y en ese instante él vio. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien al que el leproso, que te pidió suplicando «Señor, si está en tu voluntad puedes limpiarme» y tú le respondiste «Quiero, sé limpio» y ya no estuvo enfermo. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien al que desataste al mudo que poseía un demonio, al que hablaste con admiración hacia el que antes era mudo. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien sanaste al enfermo que padecía hace 38 años la misma enfermedad de no poder caminar, junto a la piscina de las ovejas le dijiste «Levántate, ponte de pie y anda» y anduvo. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que estando presente ante el hijo muerto de la viuda de Naím, le dijiste a su madre «No llores», y tocando el ataúd, hablaste «Levántate, a ti te lo digo, jovencito» y así el joven vivió. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que dijiste «Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados». Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que dijiste «Os digo de verdad, que todo lo que pidáis al padre en mi nombre, será otorgado». Cúralo, Señor.

Mi Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente, en la eterna salud de los que tiene fe, óyelos para la ayuda de tus sirvientes enfermos, los que imploramos el auxilio de tu misericordia; con la finalidad de que, sanados y con la salud recobrada, seáis venerado en la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo. Así sea.


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