Los símbolos del Espíritu Santo
Para poder entender un poco mejor la Biblia tenemos que comprender antes que ella es su propio interprete, que está llena de símbolos, partes literales y otras NO, unas cosas representan algo y otras no, acá te mostraremos algunas para que ya tengas una base estable, pues, en el antiguo y nuevo testamento aprendemos que existen ciertos símbolos que representan al Espíritu Santo. Cada uno nos enseña o muestran algún aspecto de su carácter, o de su obra en la iglesia y en el creyente.
Símbolos:
La paloma: después que Jesús bajo a las agua siendo bautizado, podemos ver en Lucas 3:22, “el cielo se abrió y se escuchó la voz de Dios diciendo este es mi hijo amado” luego de esas palabras dice la biblia que se vio al Espíritu Santo descender sobre él en forma de paloma.
¿Que simboliza la paloma? Quiere decir que es dulce, tierno, amable, inocente, suave, lleno de paz, paciencia y pureza. (Juan. 1:30-34).
Según las escrituras esta fue la primera y única oportunidad donde los discípulos vieron al Espíritu Santo con una forma física. Esa presencia fue permitida en ese momento para poder ungir a Jesús antes de comenzar su ministerio con la finalidad de fortalecerlo y llenarlo de su poder. Jesús es el mesías y esto significa «el ungido».
También podemos ubicar más significados del espíritu santo en forma de paloma representa como el amor en (Cantares 5:2), y en (Génesis 5:8) como la paz y la ternura.
El agua: nos hace ver que el Espíritu Santo es refrescante Salmos 72:6 «Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra”. El Espíritu permite en la vida del creyente poder conseguir a través de él. En Juan 7:38 dice, «El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.». Así que el agua es claramente un símbolo del espíritu santo.
El fuego: se presenta a través de dos formas y dos propósitos. La primera fue cuando Dios se le presento a Moisés en aquel desierto, lo hizo como fuego que no era consumidor. Y la segunda la encontramos en Éxodo 3:1-6 se refiere a aquella llama de fuego en medio de la zarza y esta no la consumía.
Esa llama significa la importante presencia de Dios, que es poderosa y tierna a la vez.
El fuego del Espíritu Santo también se refiere a purificación; cuando Juan el Bautista dijo de Jesús «Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego» en Mateo 3:11. Este fuego también influye a la persona a dejar el pecado que existe en su corazón.
El viento: hace referencia cuando Jesús estaba hablando del nuevo nacimiento con Nicodemo «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu» (Juan 3:3-8). Con estas palabras Jesús explicaba que el Espíritu Santo es quien toma el control sobre todos sus seguidores.
Siendo únicamente él, quien dicta el camino de la vida de aquel que lo haya aceptado en su corazón (creyente) llevándolo hacia el propósito. En pocas palabras nosotros vamos donde el Espíritu quiera guiarnos.
También podemos ver que el Espíritu Santo entró en aquella casa donde estaban reunidos en el día del Pentecostés y como un gran viento soplo y lleno la casa (Hechos 2:2).
El vino: claramente podemos ubicarlo en Efesios 5:18, «No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.» Esto hace referencia al gozo que produce la presencia de Dios en la vida del creyente. Muy parecido en el día de Pentecostés, cuando aquel gozo que había entre los hermanos, causo un efecto tan grande por parte del espíritu santo, que aquellos que no lo comprendían pensaban que estaban borrachos.
El aceite: representa esa poderosa unción del Espíritu Santo, también simboliza el poder que tiene Dios para sanar (Santiago 5:14). Por otro lado en el antiguo testamento podemos encontrar como los Reyes eran ungidos antes de comenzar su reinado tal como le sucedió a el rey David en (1 Samuel 16:1-12), también se ungían a profetas antes de comenzar su ministerios. Esta es una manera donde Dios muestra respaldo en la vida del creyente y en su ministerio.
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