Ojos al cielo, levanta tu mirada al señor

En este pequeño verso inspirado en el salmo 123, contenido en las santas escrituras, está la esencia, fe y esperanza de todos aquellos que alzan sus ojos al cielo esperando obtener una respuesta positiva a sus oraciones, es todo un regalo.

Ojos al cielo

A ti levanto mis ojos,

A ti que habitas en el cielo.

A ti levanto mis ojos,

Porque espero tu misericordia.

 

Como están los ojos de los esclavos,

Fijos en las manos de sus señores,

Así están nuestros ojos en el señor,

Esperando su misericordia.

 

A ti levanto mis ojos,

A ti que habitas en el cielo.

A ti levanto mis ojos,

Porque espero tu misericordia.

 

Misericordia señor, misericordia,

Que estamos saciados de burlas;

Misericordia señor, misericordia

Que estamos saciados de desprecios.

 

A ti levanto mis ojos,

A ti que habitas en el cielo.

A ti levanto mis ojos,

Porque espero tu misericordia.

 

Nuestra alma esta saciada

Del sarcasmo de los satisfechos;

Nuestra alma esta saciada

Del desprecio de los orgullosos.

 

A ti levanto mis ojos,

A ti que habitas en el cielo.

A ti levanto mis ojos,

Porque espero tu misericordia.

Amén.

 

Un cántico esperanzador

 

Estas líneas escritas por Miguel Manzano buscan reflejar la verdad tras esa mirada profundo que se fija en el cielo, sabiendo consciente o inconscientemente que será escuchado por alguien desde la alturas, alguien que es misterioso pero atento con quienes deciden acudir a el en busca de protección, un Dios de personalidad misericordiosa que ha venido a escuchar a los que más lo necesitan.

 

Levanta tus ojos al cielo puede ser un cántico de gran aliado para recordar que no estamos solos en el mundo, que hay alguien que nos observa y que a pesar de todo lo malo que nos rodea, la burla y la miseria, el está allí abogando por nuestro bienestar.


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