Las indulgencias del Viacrucis

 

Como católicos estamos llamados a seguir obedientes los designios de Cristo, a seguir su mandato y a permanecer fieles en el. ¿De qué manera? Amar a nuestro prójimo y demostrarle con nuestros actos nuestro afecto, es sin duda una clara muestra de nuestra obediencia al Creador.

De nada nos sirve orar y orar, si se queda en solo eso, oraciones emitidas por nuestros labios, sin actos que justifiquen y respalden lo que peregrinamos.

Por medio del Vía crucis, recordamos todo el padecimiento de Jesús y su entrega sin ninguna necesidad. Pero solo lo hizo para salvarnos del pecado, la mayor muestra de amor que haya hecho alguien por nosotros. Pero tratándose de un ser Supremo, Celestial y único, como Nuestro Padre, tenemos el ejemplo vivo de lo que es amor y ser testimonio de lo que se pregona. Sigamos su ejemplo, obrando correctamente y ayudando a nuestros hermanos.

A continuación Las Indulgencias del Vía crucis:

Cuando realizamos el Vía crucis estamos evocando el sufrimiento que tuvo que soportar nuestro Redentor, un sufrimiento que caminó desde el pretorio de Pilato, donde fue injustamente condenado a muerte, hasta llegar al monte de la Calavera o mejor conocido como Calvario, donde finalmente expiró, entregando su vida por la Salvación de su pueblo.

Para ganar la indulgencia plenaria se deben seguir algunos pasos, los cuales son:

  • Este piadoso ejercicio debe realizarse ante las estaciones del Viacrucis elegidas legítimamente.
  • Debemos elegir 14 cruces, donde podemos añadir otras imágenes o cuadros alusivos y representativos de cada estación de Jerusalén, en cada paso de Jesús y su martirio.
  • Escoger catorce lecturas piadosas y relativas con cada estación, acompañando también con oraciones que fervorosamente deben pronunciarse. Lo principal es meditar sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. Si se desea se puede hacer una consideración sobre cada estación y un compromiso por parte de los presentes, donde con oración y con obras, acompañamos este momento.
  • Se pueden decorar y adornar diferentes sitios con cada una de las catorce estaciones, y todos los presentes incluyendo quien dirige este ejercicio, se trasladan por cada una de estas, haciendo meditación para cada una de ellas y las oraciones que puedan acompañarse.

Si el traslado de todos los presentes no es posible, puede entonces en representación de todos, hacerlo solo quien dirige el ejercicio piadoso del Vía crucis y los demás responder desde el lugar donde se encuentren, en este caso, las estaciones no deben estar muy separadas, para que todo puedan participar activamente.

  • Las personas que tienen alguna limitación física y no pueden seguir este lindo ejercicio, pueden reemplazarlo realizando una lectura bíblica alusiva a la Pasión del Señor. Lo importante es que durante el momento que dediquen a esta oración, lo hagan con verdadera fe y compromiso.
  • También existen otros ejercicios religiosos con los que se puede ganar indulgencias, recordando la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, sin prescindir de las catorce estaciones contempladas en el Vía crucis.
  • Donde esta costumbre de realizar el Vía crucis, como es el caso de los Orientales no se lleve a cabo, los patriarcas pueden establecer otros ejercicios piadosos donde de igual manera se recuerde la Muerte y Pasión del Señor, y ganar indulgencias con ello.

 

Esta es una costumbre religiosa que debe hacerse con respeto y con fe, con el verdadero propósito de seguir la ley divina y con la devoción de corazón. Los niños son esponjas que todo aprenden  e involucrarlos es lo ideal, para que desde pequeños aprendan a amar a Dios y a seguir nuestro ejemplo, que debe ser el mejor.

 

Recemos un Padre Nuestro colocando en las manos de Dios, nuestra devoción y que nos ayude a ser honestos y practicantes de nuestra religión católica con el mayor fervor.

 

 

 

 

 

 

 


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