Salmo 48

¿Cuál es el salmo 48?

1 Canto. Salmo de los hijos de Coré.

2 El Señor es grande y digno de alabanza,

en la Ciudad de nuestro Dios.

3 Su Santa Montaña, la altura más hermosa,

es la alegría de toda la tierra.

La Montaña de Sión, la Morada de Dios,

es la Ciudad del gran Rey:

4 Dios se manifestó como un baluarte

en medio de sus palacios.

5 Porque los reyes se aliaron

y avanzaron unidos contra ella;

6 pero apenas la vieron quedaron pasmados

y huyeron despavoridos.

7 Allí se apoderó de ellos el terror

y dolores como los del parto,

8 como cuando el viento del desierto

destroza las naves de Tarsis.

9 Hemos visto lo que habíamos oído

en la Ciudad de nuestro Dios,

en la Ciudad del Señor de los ejércitos,

que él afianzó para siempre.

10 Nosotros evocamos tu misericordia

en medio de tu Templo, oh Dios.

11 Tu alabanza, lo mismo que tu nombre,

llega hasta los confines de la tierra.

Tu derecha está llena de justicia:

12 se alegra la Montaña de Sión;

las ciudades de Judá se regocijan

a causa de tus juicios.

13 Den una vuelta alrededor de Sión

y cuenten sus torreones;

14 observen sus baluartes y miren sus palacios,

para que puedan decir a la próxima generación:

15 «Así es Dios, nuestro Dios por los siglos de los siglos,

aquel que nos conduce».

Canto. Salmo de los hijos de Coré

El Salmo 48 expresa todo unos versos que sobresalen nuevamente en más características de lo que es DIOS para nuestras vidas, destacando su soberanía, su poderío, domino, omnipresencia, omnipotencia entre otras características que hacen de él lo más grande y sobrenatural que pueda existir en el universo a causa de sus grandes milagros que produce en todo momento.

David joven protegiendo a sus ovejas

El salmista David se deleitaba en esto porque entendía que había sido creado para dar toda gloria, honra y honor a la persona de Cristo en su vida, y en ello quería invertir la mayor parte de su tiempo porque sabía que mientras mayor tiempo lo hacía su victoria estaba más que asegurada.

Su misericordia se expresa en vidas dispuestas a agradarle a pesar de cualquier circunstancia, por lo que tú puedes estar dentro de ese club selecto, ya que el Padre celestial no hace acepción de personas, y escoge muchas veces de lo que parece más vil al ojo humano, para avergonzar con toda la intención a todos aquellos que cuestionan la soberanía divina de DIOS en la tierra.

En el salmo 48 David sabía que no podía perder lo que DIOS le había entregado mientras se mantuviera fiel y apegado al corazón del Señor, pero esta verdad lo que hizo fue motivarlo a ser mejor cada día para procurar estar aprobado. Esto no podía ser una casualidad en su vida porque a través de él, la soberanía del cielo se hizo presente de manera efectiva en el planeta.

¿Qué aprendemos en el salmo 48?

Existen etapas donde la vida parece entrar en una encrucijada porque por un lado todo parece ir muy fácil cuando nuestras vidas son consagradas al Padre celestial, pero del otro lado se levantan una serie de personas, cosas y excusas que tienen como objetivo desenfocarnos de la luz eterna y desconectarnos de la asignación entregada por DIOS en un principio, por lo que debemos estar apercibidos para no dejarnos sorprender por los planes del maligno que querrá intervenir flagrantemente la vida de los escogidos para debilitar su fidelidad ante DIOS y su credibilidad ante el mundo.

David estaba consciente de todo ello y por eso día a día se mantenía en adoración y oración, ya que la naturaleza humana puede traicionar, pasando una factura ante DIOS que puede cambiar el rumbo de las cosas. Esto nos llama a estar apercibidos en la actualidad, debido a que si David pasó por tentaciones en el mundo, cuanto más en la actualidad donde el sistema se ha diversificado, presentando múltiples opciones que son tentadoras pero que pueden desenfocar rápidamente a un hijo de DIOS del santo propósito asignado desde el cielo.

Hermosura y Gloria de Sión – Salmo 48

Nunca pongas en duda lo que puede hacer el enemigo, ya que tiene las artimañas para hacernos caer, pero si estamos cimentados en la roca que es Cristo Jesús no habrá nada ni nadie que nos pueda separar de su eterno amor que se hace evidente cada día cuando nos disponemos a darle gracias por levantarnos, hasta que nos acostamos cansados por la labor emprendida a diario para enaltecer su nombre en nosotros.


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