¿Cuál es el salmo 31?
1 Del maestro de coro. Salmo de David.
2 Yo me refugio en ti, Señor,
¡que nunca me vea defraudado!
Líbrame, por tu justicia
3 inclina tu oído hacia mí
y ven pronto a socorrerme.
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
4 porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.
5 Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi refugio.
6 Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
7 Yo detesto a los que veneran ídolos vanos
y confío en el Señor.
8 ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción
y supiste que mi vida peligraba,
9 no me entregaste al poder del enemigo,
me pusiste en un lugar espacioso.
10 Ten piedad de mí, Señor,
porque estoy angustiado:
mis ojos, mi garganta y mis entrañas
están extenuados de dolor.
11 Mi vida se consume de tristeza,
mis años, entre gemidos;
mis fuerzas decaen por la aflicción
y mis huesos están extenuados.
12 Soy la burla de todos mis enemigos
y la irrisión de mis propios vecinos;
para mis amigos soy motivo de espanto,
los que me ven por la calle huyen de mí,
13 Como un muerto, he caído en el olvido,
me he convertido en una cosa inútil.
14 Oigo los rumores de la gente
y amenazas por todas partes,
mientras se confabulan contra mí
y traman quitarme la vida.
15 Pero yo confío en ti, Señor,
y te digo: «Tú eres mi Dios,
16 mi destino está en tus manos».
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
17 Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia;
18 Señor, que no me avergüence
de haberte invocado.
Que se avergüencen los malvados
y bajen mudos al Abismo;
19 que enmudezcan los labios mentirosos,
los que profieren insolencias contra el justo
con soberbia y menosprecio.
20 ¡Qué grande es tu bondad, Señor!
Tú la reservas para tus fieles;
y la brindas a los que se refugian en ti,
en la presencia de todos.
21 Tú los ocultas al amparo de tu rostro
de las intrigas de los hombres;
y los escondes en tu Tienda de campaña,
lejos de las lenguas pendencieras.
22 ¡Bendito sea el Señor!
El me mostró las maravillas de su amor
en el momento del peligro.
23 En mi turbación llegué a decir:
«He sido arrojado de tu presencia».
Pero tú escuchaste la voz de mi súplica,
cuando yo te invocaba.
24 Amen al Señor, todos sus fieles,
porque él protege a los que son leales
y castiga con severidad a los soberbios.
25 Sean fuertes y valerosos,
todos los que esperan en el Señor.
Del maestro de coro. Salmo de David.
El salmo 31 representa claramente las suplicas dando gracias por la misericordia de DIOS expuesta en la vida de un pecador que seguramente no merecía la intervención, pero su nivel de adoración y oración activo el poder del Padre celestial para lograr cumplir el propósito de su vida. En este escrito aquel hombre no oculta lo que había hecho.
Él reconoce todos y cada uno de sus errores a pesar de que pudiera levantarse detractores contra su vida. Lo que el realmente quería lograr, era tocar el corazón del Padre para lograr su perdón y total misericordia para su vida a causa de su sinceridad y rendición a DIOS. En medio de la exposición de motivos de sus errores, se apoyó para promover consejos a aquellas personas que se encuentran viviendo en contra de los principios divinos. Los consejos que el autor colocó en este escrito han servido y continuarán de gran ayuda para aquellas personas que necesiten ayuda especial para dejar de ser lo mismo.
La clave del cambio de este hombre estuvo en la pureza de su relación con DIOS, que no solo quería mostrar el arrepentimiento genuino de la vida de esta persona, sino también un cambio que determinaría su destino final. Esto es lo que DIOS quiere transmitir a cada uno de sus hijos, con el objetivo de que comprendan la gran valía de las personas para el Señor, porque al final eso es lo que más le importa, salvar la mayor cantidad de almas posibles para cambiar el destino profético de ellos y disfrutar de una eternidad sobrenatural con el maestro de maestros.
¿Qué destaca el salmo 31 con la bendición de Dios?
Aunque el pecado es la principal cosa que separa a las personas de la bendición de DIOS, la misericordia del Padre se activa cuando un corazón contristo y humillado se levanta en oración a activar la intervención divina de DIOS en su vida. Si deseas determinarte a ello no esperes más porque hoy puedes ser tú pero mañana el Padre celestial puede usarte como un instrumento de su gloria y poder para poder brindar salvación a otras personas.
En este salmo 31 destaca que lo más importante en demostrar es que lo que se encuentra en la mente, alma, espíritu y cuerpo debe estar alineado con la bendición de DIOS, para que logres ser esa persona especial que desea ser bendecido, pero también que tu pasado sirva de modelo para otros de como el poder de DIOS interviene de la manera más inesperada.
La situación de este pecador podía ser muy complicada, pero la misericordia de DIOS en su vida, evidenció una vez más que el Padre eterno no hace acepción de personas, por lo que si él nos da ese ejemplo, ninguno de nosotros somos quienes para rechazar a las personas que necesitan de una intervención divina. No sabemos a quién nos puede cruzar DIOS en el camino; por ello debemos dirigirnos a dejar ser usados por el poder celestial como lo hizo David. Ha llegado el momento de hacer reseteo a tu vida pasada y determinarte a ser una persona íntegra para el Rey de reyes como lo fue el salmista David.