Salmo 120

¿Cuál es el salmo 120?

1 Canto de peregrinación.

En mi aflicción invoqué al Señor,

y él me respondió.

2 ¡Líbrame, Señor, de los labios mentirosos

y de la lengua traicionera!

3 ¿Con qué te castigará el Señor,

lengua traicionera?

4 Con flechas afiladas de guerrero

y con brasas de retama.

5 ¡Ay de mí, que estoy desterrado en Mésec,

y vivo en los campamentos de Quedar!

6 Mucho tiempo he convivido

con los que odian la paz.

7 Cuando yo hablo de paz,

ellos declaran la guerra.

Canto de peregrinación

En el salmo 120 el salmista plantea una situación muy particular que hasta la actualidad se sigue presentando con los hijos de DIOS, ya que el enemigo ha enviado artimañas y enviados especiales para perturbar la vida y el propósito de cada uno de los escogidos por el Padre celestial. En este sentido, el salmista sabía que muchos de sus angustiadores continuaban levantándose en su contra, con el objetivo no solamente de herirle física y espiritualmente, sino de ocasionar que este hombre perdiera su confianza en DIOS, pero de lo que no se acordaban es que el amor de este hombre hacia el Padre eterno era más fuerte que cualquier contingencia que pudiera estar viviendo, por lo que su corazón estaba seguro de que habría una intervención divina en su favor para avergonzar a cada uno de los emisarios del malignos, y provocar el poder de DIOS en ese entonces.

Salmo 120

Este salmo 120 se presenta como una declaración de angustia a causa de la situación que estaba viviendo, pero a su vez como un enunciado de confianza total en el rey de reyes y señor de señores, porque donde sus fuerzas no podían más, siempre la mano de DIOS aparecía para actuar en su ayuda y otorgarle la victoria sobre distintas situaciones para engrandecer el nombre de Cristo.

¿Qué pregona el Señor en este salmo?

Obviamente el salmista comprendía de dónde provenía la fuente de su éxito, y por tanto no se daba a sí mismo el crédito, con el objetivo de provocar mayor molestia en sus enemigos que no comprendían que el maravilloso e infinito amor del Padre celestial se encontraba en su vida preparado para otorgarle la victoria en medio de la necesidad, y de esta forma proclamar y levantar la bandera de justicia y victoria, que solamente le pertenece a Cristo y a sus elegidos en la tierra.

El Padre eterno desea que formemos parte de ese grupo de escogidos, pero para lograr serlo, él demanda de nosotros una serie de características que servirán para entrenarnos en este aspecto, con el objetivo de depender totalmente de DIOS y de esta manera ser como el salmista David, hombres y mujeres conforme al corazón del Padre, cosa que no es nada fácil de lograr, pero el secreto está en que se permita al Padre eterno que actúe en nosotros, y sea él quien nos dirija a ejecutar cada actividad o plan que tengamos en la vida, con la firme misión de agradarle para presentarnos aprobados ante su presencia.

Enemigos de Dios rendido a sus pies

Si procedemos de esta manera, el éxito se encontrará más que garantizado, porque el Padre celestial busca verdaderos adoradores, los que le adoran en espíritu y en verdad como lo hacía el salmista David, tanto en los momentos buenos como en los malos, siempre dando la gloria al Señor de señores para disponerse a recibir su bendición.
Por más enemigos que se puedan levantar, cuando una vida se encuentra cimentada en la roca como la hacía el salmista David, no habrá nada que nos pueda separar del amor y la bendición del rey en nuestras vidas.

 


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