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Evangelio del día 16-11-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL VIERNES, 16 DE NOVIEMBRE DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 16 de Noviembre del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 4-9

Me he alegrado muchísimo al encontrar a algunos hijos tuyos que viven en la verdad, según el mandamiento que hemos recibido del Padre.

Y ahora te ruego: amémonos los unos a los otros. Con lo cual no te comunico un nuevo mandamiento, sino que el que tenemos desde el principio.

El amor consiste en vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Y el mandamiento que ustedes han aprendido desde el principio es que vivan en el amor.

Porque han invadido el mundo muchos seductores que no confiesan a Jesucristo manifestado en la carne. ¡Ellos son el Seductor y el Anticristo!

Ustedes estén alerta para no perder el fruto de sus trabajos, de manera que puedan recibir una perfecta retribución.

Todo el que se aventura más allá de la doctrina de Cristo y no permanece en ella, no está unido a Dios. En cambio, el que permanece en su doctrina está unido al Padre y también al Hijo.

SALMO

SALMO 118

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!

Que lo diga el pueblo de Israel:

¡es eterno su amor!

Que lo diga la familia de Aarón:

¡es eterno su amor!

Que lo digan los que temen al Señor:

¡es eterno su amor!

En el peligro invoqué al Señor,

y él me escuchó dándome un alivio.

El Señor está conmigo: no temeré:

¿qué podrán hacerlo los hombres?

El Señor está conmigo y me ayuda:

yo veré derrotados a mis adversarios.

Es mejor refugiarse en el Señor

que fiarse de los hombres;

es mejor refugiarse en el Señor

que fiarse de los poderosos.

Todos los paganos me rodearon,

pero yo los derroté en el nombre del Señor;

me rodearon por todas partes,

pero yo los derroté en el nombre del Señor;

me rodearon como avispas,

ardían como fuego en las espinas,

pero yo los derroté en el nombre del Señor.

Me empujaron con violencia para derribarme,

pero el Señor vino en mi ayuda.

El Señor es mi fuerza y mi protección;

él fue mi salvación.

Un grito de alegría y de victoria

resuena en las carpas de los justos:

«La mano del Señor hace proezas,

la mano del Señor es sublime,

la mano del Señor hace proezas».

No, no moriré: viviré

para publicar lo que hizo el Señor,

El Señor me castigó duramente,

pero no me entregó a la muerte.

«Abran las puertas de la justicia

y entraré para dar gracias al Señor».

«Esta es la puerta del Señor:

sólo los justos entran por ella».

Yo te doy gracias porque me escuchaste

y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los constructores

es ahora la piedra angular

Esto ha sido hecho por el Señor

y es admirable a nuestros ojos.

Este es el día que hizo el Señor:

alegrémonos y regocijémonos en él.

Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:

el Señor es Dios, y él nos ilumina.

«Ordenen una procesión con ramas frondosas

hasta los ángulos del altar».

Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias;

Dios mío, yo te glorifico.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!

Explicación del salmo 118

EVANGELIO DEL DÍA

SAN LUCAS 17, 26-37

En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempo de Noé.

La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.

Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía.

Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.

Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre.

En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.

Acuérdense de la mujer de Lot.

El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará.

Les aseguro que en ese noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada».

[De dos que estén en un campo, uno será llevado y el otro dejado.]

Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?». Jesús les respondió: «Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres».


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