Santa Isabel de Hungría. Es la santa que celebramos el día 17 de noviembre. Fue hija del rey Andrés II de Hungría y de Gertrudis de Merania.
A la edad de quince años, Santa Isabel de Hungría sería prometida en matrimonio con el príncipe Luis VI de Turingia, con quien terminó casándose y dando a luz a tres adorados hijos. El matrimonio de Santa Isabel vivió en amor y abundancia, tanto así que Isabel solía exclamar “Dios mío, si amo tanto a mi esposo ¿cuánto más te debería amar?”
Santa Isabel de Hungría sería muy querida por su pueblo. Su esposo aceptaba las bondades de su esposa, quien humildemente repartía sus riquezas a los pobres y siempre procuraba asistir a los desamparados, y estos eran los detalles que más amaba su esposo de su santa mujer.
Un trágico día, su querido esposo moriría durante un valiente viaje para defender Tierra Santa, rompiendo el bondadoso corazón de Santa Isabel, quien tendría dificultades para aceptar tan triste noticia, sin embargo, sabía que debía confiar en los planes de Dios para ella, pero después de la muerte de su esposo, Santa Isabel de Hungría no aceptaría ningún otro compromiso, y se dedicaría únicamente al cuidado de sus hijos, al igual que repartiría todos sus bienes para vivir en la pobreza y atender a los pobres.
Santa Isabel de Hungría tendría que enfrentar algunas dificultades, como cuando el sucesor de su esposo termina por desterrarla del castillo con sus tres hijos, y debe enfrentarse al día a día desprotegida y desamparada.
Esta santa sería eternamente recordada y admirada por sus gran dedicación tanto como esposa y madre, como verdadera mujer cristiana: caritativa, humilde, bondadosa, pero sobre todo con un profundo amor hacia Dios, el cual siempre intentó repartir dentro de su familia y en todos aquellos necesitados a quienes ella asistía.