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Evangelio del día 19-03-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL LUNES, 19 DE MARZO DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 19 de Marzo del 2018: Primera lectura, Segunda lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL SEGUNDO LIBRO DE SAMUEL 7, 4-5a. 12-14a. 16

Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos:

«Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor:

Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza.

El edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real.

Seré un padre para él, y él será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y su trono será estable para siempre».

SALMO

SALMO 88

Canto. Salmo de los hijos de Coré. Del maestro de coro, Para la enfermedad. Para la aflicción. Poema de Hernán, el aborigen.

¡Señor, mi Dios y mi salvador,

día y noche estoy clamando ante ti:

que mi plegaria llegue a tu presencia;

inclina tu oído a mi clamor!

Porque estoy saturado de infortunios,

y mi vida está al borde del Abismo;

me cuento entre los que bajaron a la tumba,

y soy como un hombre sin fuerzas.

Yo tengo mi lecho entre los muertos,

como los caídos que yacen en el sepulcro,

como aquellos en los que tú ya ni piensas,

porque fueron arrancados de tu mano.

Me has puesto en lo más hondo de la fosa,

en las regiones oscuras y profundas;

tu indignación pesa sobre mí,

y me estás ahogando con tu oleaje.

Apartaste de mí a mis conocidos,

me hiciste despreciable a sus ojos;

estoy prisionero, sin poder salir,

y mis ojos se debilitan por la aflicción.

Yo te invoco, Señor, todo el día,

con las manos tendidas hacia ti.

¿Acaso haces prodigios por los muertos,

o se alzan los difuntos para darte gracias?

¿Se proclama tu amor en el sepulcro,

o tu fidelidad en el reino de la muerte?

¿Se anuncian tus maravillas en las tinieblas,

o tu justicia en la tierra del olvido?

Yo invoco tu ayuda, Señor,

desde temprano te llega mi plegaria:

¿Por qué me rechazas, Señor?

¿Por qué me ocultas tu rostro?

Estoy afligido y enfermo desde niño,

extenuado bajo el peso de tus desgracias;

tus enojos pasaron sobre mí,

me consumieron tus terribles aflicciones.

Me rodearon todo el día como una correntada,

me envuelven todos a la vez.

Tú me separaste de mis parientes y amigos,

y las tinieblas son mis confidentes.

Explicación del salmo 88

SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS  4, 13. 16-18

En efecto, la promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe.

Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común como dice la Escritura: «»Te he constituido padre de muchas naciones». Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen.

Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia.

EVANGELIO DEL DÍA

 SAN MATEO  1, 16. 18-21. 24a

Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.

Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.

Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.

Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».

Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado.


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