Hoy se conmemora la obra de Santa Catalina de Alejandría, dedicada compañera religiosa y humilde virgen, provista de dones divinos, piadosa, justa y caritativa. En vida, Santa Catalina de Alejandría demostró gran capacidad para guiar y aconsejar a los fieles hasta partir en la gloria del martirio.
El campo de ayuda y solicitudes para esta noble religiosa se ha extendido con los años, siendo tradición para algunas jóvenes pedirle ayuda para encontrar el amor verdadero, iniciando su popularidad desde el siglo diez. Santa Catalina es venerada en diversas partes del mundo y a partir del siglo dieciocho, su popularidad se incrementó exponencialmente tras ser convertida en la patrona de diversas entidades.
El origen de Santa Catalina de Alejandría
Proveniente de Alejandría, la joven Catalina destacó siempre por su belleza e increíble intelecto, haciendo que numerosos hombres pidieran su mano, pero la inteligencia de la joven le dotaba también de poca humildad, negándose a comprometerse con un hombre inferior a ella. Pronto su actitud cambia al conocer por un maestro, la brillante figura del Señor, emocionandose y renovando su espíritu
La demostración de valentía contra los paganos
El emperador de Alejandría, era un hombre necio y descarado, embriagado por su poder y la dedicación por las figuras paganas. Santa Catalina, lo enfrentó en público advirtiéndole que cesara la herejía y honrara al verdadero Dios. Cegado por la ira, el emperador envió a la joven a prisión, intentado convencerle de venerar a las deidades paganas, sin embargo, la joven siempre prefirió al verdadero Dios, partiendo en gloria del martirio.
Santoral del día 25 de noviembre
Debido a las numerosas personas entregadas a la causa católica, los sumos pontífices han reconocido y asignado un día en común para celebrar sus honorables obras, estos son algunos de los más destacados:
-San Moisés, presbítero y mártir
-Santo Pedro de Alejandría, compañero mártir
-Santo Márculo de Numidia, gobernante y mártir
-Santo Maurino, compañero mártir
-Beatificados Serrano López y Meseguer Burillo, compañeros mártires
