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Evangelio del día 25-01-2019, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL VIERNES, 25 DE ENERO DE 2019:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 25 de Enero del 2019: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 22, 3-16

«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero me he criado en esta ciudad y he sido iniciado a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la Ley de nuestros padres. Estaba lleno de celo por Dios, como ustedes lo están ahora.
Perseguí a muerte a los que seguían este Camino, llevando encadenados a la prisión a hombres y mujeres; el Sumo Sacerdote y el Consejo de los ancianos son testigos de esto. Ellos mismos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y yo me dirigí allá con el propósito de traer encadenados a Jerusalén a los que encontrara en esa ciudad, para que fueran castigados.
En el camino y al acercarme a Damasco, hacia el mediodía, una intensa luz que venía del cielo brilló de pronto a mi alrededor.
Caí en tierra y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».
Le respondí: «¿Quién eres, Señor?», y la voz me dijo: «Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues».
Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
Yo le pregunté: «¿Qué debo hacer, Señor?». El Señor me dijo: «Levántate y ve a Damasco donde se te dirá lo que debes hacer».
Pero como yo no podía ver, a causa del resplandor de esa luz, los que acompañaban me llevaron de la mano hasta damasco.
Un hombre llamado Ananías, fiel cumplidor de la Ley, que gozaba de gran prestigio entre los judíos del lugar, vino a verme y, acercándose a mí, me dijo: «Hermano Saulo, recobra la vista». Y en ese mismo instante, pude verlo.
El siguió diciendo: «El Dios de nuestros padres te ha destinado para conocer su voluntad, para ver al Justo y escuchar su Palabra, porque tú darás testimonio ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y purifícate de tus pecados, invocando su Nombre».

SALMO

SALMO 116

Amo al Señor, porque él escucha
el clamor de mi súplica,
porque inclina su oído hacia mí,
cuando yo lo invoco.
Los lazos de la muerte me envolvieron,
me alcanzaron las redes del Abismo,
caí en la angustia y la tristeza;
entonces invoqué al Señor:
«¡Por favor, sálvame la vida!».
El Señor es justo y bondadoso,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor protege a los sencillos:
yo estaba en la miseria y me salvó.
Alma mía, recobra la calma,
porque el Señor ha sido bueno contigo.
El libró mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas
y mis pies de la caída.
Yo caminaré en la presencia del Señor,
en la tierra de los vivientes.
Tenía confianza, incluso cuando dije:
«¡Qué grande es mi desgracia!».
Yo, que en mi turbación llegué a decir:
«¡Los hombres son todos mentirosos!».
¿Con qué pagaré al Señor
todo el bien que me hizo?
Alzaré la copa de la salvación
e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor,
en presencia de todo su pueblo.
¡Qué penosa es para el Señor
la muerte de sus amigos!
Yo, Señor, soy tu servidor,
tu servidor, lo mismo que mi madre:
por eso rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor,
en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la Casa
del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Explicación del salmo 116

EVANGELIO DEL DÍA

SAN MARCOS 16, 15-18

Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».


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