San Timoteo. Fue un destacado pastor y predicador de la fe cristiana, primigenio evangelizador, que estuvo junto a San Pablo de Tarso en la gran tarea de evangelizar los distintos pueblos del Imperio Romano, por lo que pasó a ser una figura esencial de la historia cristiana desde sus orígenes. Es el santo que conmemoramos el 26 de enero.
San Timoteo, nació en la ciudad de Listra, en Turquía, hacia el siglo I antes de Cristo, proveniente de una familia mixta, de madre judía y padre griego, pero convertido al cristianismo, al haber sido entrañable colaborador de San Pablo de Tarso, y destacándose por su expedita labor como evangelizador.
Este ilustre cristiano, es considerado una figura esencial dentro del denominado cristianismo primitivo, ya que su labor se desarrolló durante los primeros tiempos y en pleno desarrollo de la fe cristiana.
Junto al apóstol Pablo de Tarso, San Timoteo visitó innumerables regiones del Imperio Romano, para difundir la palabra de nuestro señor Jesucristo. Su nombre, es mencionado en varias oportunidades, tanto en las epístolas como en los hechos de los apóstoles, siempre con el reconocimiento y elogio por su trabajo e intervención misionera.
Según se desprende de lo narrados en el Nuevo Testamento, San Timoteo llegaría a ser escogido como Obispo de Éfeso, designación que recayó en este destacado cristiano, de manos de San Pablo de Tarso.
Hacia el año 96 de nuestra era cristiana, gobernaba en Roma el emperador Domiciano. San Timoteo, quien ya había realizado varios viajes como misionero, e incluso, había sido encarcelado por las persecuciones a los cristianos, viajó a Éfeso y en ocasión de celebrase una fiesta pagana que representaba la decadencia moral de la época, San Timoteo, se opuso a dicha festividad, siendo entonces atacado por una turba con palos y piedras, golpeándolo con saña hasta morir como mártir.
La canonización de San Timoteo vino por culto inmemorial, dada su destacada obra misionera en colaboración con los apóstoles primigenios y su aporte en la formación de la historia del cristianismo. Su muerte en defensa de su fe y valores cristianos, lo constituyeron en mártir de la iglesia católica.
