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Evangelio del día 25-05-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL VIERNES, 25 DE MAYO DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 25 de Mayo del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 5, 9-12

Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta.

Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

Porque nosotros llamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Ustedes oyeron hablar de la paciencia de Job, y saben lo que hizo el Señor con él, porque el Señor es compasivo y misericordioso.

Pero ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni de ninguna manera: que cuando digan «sí», sea sí; y cuando digan «no», sea no, para no ser condenados.

SALMO

SALMO 102

Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante el Señor.

Señor, escucha mi oración

y llegue a ti mi clamor;

no me ocultes tu rostro

en el momento del peligro;

inclina hacia mí tu oído,

respóndeme pronto, cuando te invoco.

Porque mis días se disipan como el humo,

y mis huesos arden como brasas;

mi corazón se seca, marchitado como la hierba,

¡y hasta me olvido de comer mi pan!

Los huesos se me pegan a la piel,

por la violencia de mis gemidos.

Me parezco a una lechuza del desierto,

soy como el búho entre las ruinas;

estoy desvelado, y me lamento

como un pájaro solitario en el tejado;

mis enemigos me insultan sin cesar,

y enfurecidos, me cubren de imprecaciones.

Yo como ceniza en vez de pan

y mezclo mi bebida con lágrimas,

a causa de tu indignación y tu furor,

porque me alzaste en alto y me arrojaste.

Mis días son como sombras que se agrandan,

y me voy secando como la hierba.

Pero tú, Señor, reinas para siempre,

y tu Nombre permanece eternamente.

Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,

porque ya es hora de tenerle piedad,

ya ha llegado el momento señalado:

tus servidores sienten amor por esas piedras

y se compadecen de esas ruinas.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,

y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:

cuando el Señor reedifique a Sión

y aparezca glorioso en medio de ella;

cuando acepte la oración del desvalido

y no desprecie su plegaria.

Quede esto escrito para el tiempo futuro

y un pueblo renovado alabe al Señor:

porque él se inclinó desde su alto Santuario

y miró a la tierra desde el cielo,

para escuchar el lamento de los cautivos

y librar a los condenados a muerte.

Los hijos de tus servidores tendrán una morada

y su descendencia estará segura ante ti.

para proclamar en Sión el nombre del Señor

y su alabanza en Jerusalén,

cuando se reúnan los pueblos y los reinos,

y sirvan todos juntos al Señor.

Mis fuerzas se debilitaron por el camino

y se abreviaron mis días;

pero yo digo: «Dios mío,

no me lleves en la mitad de mi vida,

tú que permaneces para siempre».

En tiempos remotos, fundaste la tierra,

y el cielo es obra de tus manos;

ellos se acaban, y tú permaneces:

se desgastan lo mismo que la ropa,

los cambias como a un vestido, y ellos pasan.

Tú, en cambio, eres siempre el mismo,

y tus años no tienen fin.

Explicación del salmo 102

EVANGELIO DEL DÍA

 SAN MARCOS 10, 1-12

Después que partió de allí, Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.

Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?».

El les respondió: «¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?».

Ellos dijeron: «Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella».

Entonces Jesús les respondió: «Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.

Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.

Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre.

y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.

Que el hombre no separe lo que Dios ha unido».

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.

El les dijo: «El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella;

y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio».


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