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Evangelio del día 06-03-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL MARTES, 06 DE MARZO DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 06 de Marzo del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA PROFECÍA DE DANIEL  3, 25. 34-43

 El replicó: «Sin embargo, yo veo cuatro hombres que caminan libremente por el fuego sin sufrir ningún daño, y el aspecto del cuarto se asemeja a un hijo de los dioses».

No nos abandones para siempre a causa de tu Nombre, no anules tu Alianza, no apartes tu misericordia de nosotros, por amor a Abraham, tu amigo, a Isaac, tu servidor, y a Israel, tu santo, a quienes prometiste una descendencia numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar.

Señor, hemos llegado a ser más pequeños que todas las naciones, y hoy somos humillados en toda la tierra a causa de nuestros pecados.

Ya no hay más en este tiempo, ni jefe, ni profeta, ni príncipe, ni holocausto, ni sacrificio, ni oblación, ni incienso, ni lugar donde ofrecer las primicias, y así, alcanzar tu favor. Pero que nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humillado nos hagan aceptables como los holocaustos de carneros y de toros, y los millares de corderos cebados; que así sea hoy nuestro sacrificio delante de ti, y que nosotros te sigamos plenamente, porque no quedan confundidos los que confían en ti.

Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro.

No nos cubras de vergüenza, sino trátanos según tu benignidad y la abundancia de tu misericordia.

Líbranos conforme a tus obras maravillosas, y da gloria a tu Nombre, Señor .

SALMO

SALMO 24

Salmo de David.

Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,

el mundo y todos sus habitantes

porque él la fundó sobre los mares,

él la afirmó sobre las corrientes del océano.

¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor

y permanecer en su recinto sagrado?

El que tiene las manos limpias

y puro el corazón;

el que no rinde culto a los ídolos

ni jura falsamente:

él recibirá la bendición del Señor,

la recompensa de Dios, su Salvador.

Así son los que buscan al Señor,

los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.

¡Puertas, levanten sus dinteles,

levántense, puertas eternas,

para que entre el Rey de la gloria!

¡Y quién es ese Rey de la gloria?

Es el Señor, el fuerte, el poderoso,

el Señor poderoso no los combates.

¡Puertas, levanten sus dinteles,

levántense, puertas eternas,

para que entre el Rey de la gloria!

¿Y quién es ese Rey de la gloria?

El Rey de la gloria

es el Señor de los ejércitos.

Explicación del salmo 24

EVANGELIO DEL DÍA

 SAN MATEO 18, 21-35

Entonces se adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?».

Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.

Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.

Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.

26 El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Señor, dame un plazo y te pagaré todo».

El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.

Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: «Págame lo que me debes».

El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: «Dame un plazo y te pagaré la deuda».

Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.

Este lo mandó llamar y le dijo: «¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.

¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?».

E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.

Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos».


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