San Hermias de Comana, es uno de los santos que se venera el día 31 de mayo, y es ampliamente conocido dentro de la iglesia católica, así como también la oriental, dado que es uno de los primeros mártires que aparecen dentro de la historia cristiana y los tomos antiguos de mártires cristianos.
Debido a que San Hermias de Comana vivió durante el siglo II, se estima que este debió nacer en el mismo siglo, aunque se desconoce con exactitud el año de su nacimiento debido a la antigüedad de los eventos que se dieron en su vida. Se sabe, no obstante, que fue un soldado romano que pasó su tiempo sirviendo en la antigua ciudad de Comana Pontica. Su servicio como soldado, se dio en el tiempo en que Antonino Pío era emperador, y aunque tenía unas fuertes raíces con la religión pagana romana prefirió abrazar el cristianismo. Debido a esto, fue arrestado y llevado hasta Sebastián, quien era procónsul de la ciudad de Comana. Este, le dijo que renunciara a su fe cristiana y abrazara a los dioses romanos, pero San Hermias de Comana se negó rotundamente y por ello fue torturado. Se le rompió la mandíbula y se le quitó la piel de la cara, para luego dejarlo en un horno durante tres días, aunque de este último salió totalmente ileso.
Por lo anterior, Sebastián preparó un veneno con un brujo, y luego de realizar la señal de la cruz sobre el mismo, San Hermias de Comana lo bebió sin morir o recibir daño. Marus, el brujo que creó el veneno vio la gracia de Dios y reconoció su poder divino, y por ello fue decapitado.
Y, aunque San Hermias de Comana fue torturado posteriormente de horribles maneras hasta su decapitación, nunca dejó de agradecer a Cristo. Hasta el día de hoy sus reliquias yacen en manos de la iglesia, y a ellas se les atribuyen distintos milagros.
