El 6 de junio celebramos la festividad de San Marcelino Champagnat, un día en el que los fieles y especialmente los Maristas honran a su santo fundador. Este día nos invita a reflexionar sobre las enseñanzas y el legado de este noble sacerdote, y a seguir su ejemplo de fe, compasión y dedicación a la educación de la juventud.
Vida temprana
San Marcelino Champagnat nació el 20 de mayo de 1789 en Marlhes, Francia, en una familia de agricultores profundamente religiosa. Fue el noveno de diez hijos. Desde una temprana edad, Marcelino mostró un gran amor por Dios y un profundo deseo de servir a la Iglesia.
A pesar de las dificultades que enfrentó durante sus estudios en el seminario de Lyon, incluyendo dificultades académicas debido a su educación anteriormente limitada, Marcelino perseveró y fue ordenado sacerdote el 22 de julio de 1816. Su fe firme y su fervor por el ministerio eran claros, lo que lo llevó a ser parte de un grupo conocido como los «Padres de la Sociedad de María» o «Maristas», que se dedicaban a la Virgen María y buscaban seguir sus virtudes.
Fundación de los Hermanos Maristas
Inspirado por su propia experiencia en la educación y por las necesidades que observó en su ministerio pastoral, Marcelino fundó la congregación de los Hermanos Maristas en 1817. Su objetivo era formar a jóvenes cristianos, con un enfoque especial en los más pobres y marginados de la sociedad.
Los Hermanos Maristas, bajo la guía de San Marcelino, se comprometieron a enseñar a los niños y jóvenes no solo habilidades académicas, sino también valores cristianos. La pedagogía de Champagnat se centraba en el amor y el respeto por cada estudiante como individuo. Este enfoque ha influido en la educación marista hasta el día de hoy, enfocándose en la formación integral del individuo.
Su muerte y legado
San Marcelino Champagnat murió el 6 de junio de 1840, dejando un legado de fe y educación. En el momento de su muerte, la congregación de los Hermanos Maristas había crecido y se habían establecido varias escuelas maristas en Francia. Hoy, los Hermanos Maristas están presentes en más de 80 países, continuando con el trabajo de su fundador.
Beatificación y Canonización
San Marcelino Champagnat fue beatificado por el Papa Pío XII en 1955, un reconocimiento de la Iglesia a su vida de virtud y servicio. Luego, fue canonizado el 18 de abril de 1999 por el Papa Juan Pablo II, oficialmente reconociéndolo como santo.
En su canonización, el Papa Juan Pablo II destacó las virtudes de San Marcelino, su amor por los jóvenes, su espíritu de oración y su amor por la Virgen María. Su vida y su obra continúan inspirando a muchos a seguir su ejemplo de fe y servicio.
Recordamos a San Marcelino Champagnat como un verdadero siervo de Dios y un defensor de la educación. Su vida y obra nos recuerdan la importancia de la compasión, la paciencia y el amor al prójimo en nuestro camino de fe. En su festividad, el 6 de junio, recordamos su ejemplo y pedimos su intercesión para que podamos vivir según sus enseñanzas.
