Hoy se conmemora la obra del Beato José María, santo monje y presbítero, entregado al Señor desde temprana edad. Nacido en el año 1.878 en Francia, su familia se dedicaba al humilde oficio de la agricultura y su formación educativa se dio en el internado de los hermanos religiosos de San Juan Bautista contando con dificultades para retener la información. Desde su formación familiar y la educación en el internado se le enseño apropiadamente sobre el Señor.
Naciendo en el joven José un fuerte deseo por servir para el Creador, se propuso convertirse en sacerdote, lo cual sería difícil al continuar con los problemas de memoria, sin embargo, su párroco al ver el esfuerzo del muchacho se sintió conmovido e intento ayudarle en los estudios al tiempo que notaba como el joven se adentraba con mayor frecuencia en la soledad, la meditación y el silencio.
La formación sacerdotal del Beato José María Cassant
El párroco de José vio la oportunidad para invitarle a ingresar en la comunidad de la Trapa, logrando el ingreso a la parroquia de Santa María del desierto e iniciando su camino para convertirse en sacerdote con una actitud positiva y alegre en todo momento, depositando su fe en Jesús y la virgen, viendo las pruebas llenas de dificultades ante la poca comprensión de un hermano de la Orden, recibiendo el sacerdocio exitosamente en el año 1.902.
La fortaleza en la enfermedad
Los hermanos del beato pronto descubren que José María padece de una avanzada tuberculosis, que oculto hasta que el dolor le impide actuar de manera usual. Soportando milagrosamente la enfermedad, José María insiste en continuar dando las misas hasta que su cuerpo desista, encontrándose con el Señor en el año 1.903, su canonización es dada por Juan Pablo II en el año 2.004.
