Santa María Bertila fue una religiosa italiana que perteneció a la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea de los Sagrados Corazones y es conocida por su gran labor hacia los enfermos.
Consagración
Anna Francesca Boscardín nació en Brendola, Italia, el 6 de octubre de 1888 en una familia de campesinos pobres, razón por la que tuvo que trabajar desde muy pequeña como criada.
Desde muy joven se interesó por tener una vida espiritual consagrada, y a las 17 años se hizo religiosa de las Maestras de Santa Dorotea y desde allí asumió el nombre de María Bertila.
Trabajó como ayudante de cocina y luego de presentar aptitudes para el cuidado de los enfermos, fue enviada a Treviso a aprender las tareas de enfermera.
Su labor abnegada
En el año 1907 trabajó en el asilo infantil, especialmente en el pabellón de los niños diftéricos, y desde ese entonces se consagró al cuidado de las personas enfermas.
Luego de que estalla la I Guerra Mundial, María Bertila sirvió en un hospital militar y mostró una abnegación y serenidad durante este momento tan difícil que fue un ejemplo para todos allí.
Al finalizar la guerra, es enviada nuevamente a hacer labores de cocina y lavandería, pero en 1919 regresó al asilo de Treviso donde continuaba atendiendo a los niños enfermos.
Debido a que María Bertila nunca había gozado de buena salud, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente pero no sobrevivió a la operación. Murió el 20 de octubre de 1922.
Después de su muerte, se extendió su fama de santidad por toda la región, y en el Hospital de Treviso se colocó una placa con su nombre.
Santa María Bertila fue beatificada el 8 de junio de 1952 por el Papa Pío XII, en presencia de algunos de sus familiares y pacientes, y posteriormente fue canonizada por el Papa Juan XXIII el 11 de mayo de 1961.
