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Evangelio del día 06-02-2017, el Evangelio de hoy

Evangelio del Martes, 06 de Febrero de 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 06 de Febrero del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes 8, 22-23. 27-30

Salomón se puso ante el altar del Señor, frente a toda la asamblea de Israel, extendió sus manos hacia el cielo

y dijo: «Señor, Dios de Israel, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, que mantienes la Alianza y eres fiel con tus servidores, cuando caminan delante de ti de todo corazón.

Pero ¿es posible que Dios habite realmente en la tierra? Si el cielo y lo más alto del cielo no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo he construido!

No obstante, Señor, Dios mío, vuelve tu rostro hacia la oración y la súplica de tu servidor, y escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu servidor.

Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre el lugar del que tú dijiste: «Allí residirá mi Nombre». ¡Escucha la oración que tu servidor dirige hacia este lugar!

¡Escucha la súplica y la oración que tu servidor y tu pueblo Israel dirijan hacia este lugar! ¡Escucha desde tu morada en el cielo, escucha y perdona!

Salmo

Salmo 83

Canto. Salmo de Asaf.

¡Oh Dios, no te quedes callado,

Dios mío, no guardes silencio,

no permanezcas inmóvil!

Mira cómo se agitan tus enemigos

y alzan la cabeza tus adversarios:

hacen planes contra tu pueblo

y conspiran contra tus protegidos.

Dicen: «Vamos a eliminarlos como nación,

que ya ni se mencione el nombre de Israel».

Así conspiran de común acuerdo

y sellan una alianza contra ti.

Son los campamentos de Edom,

los ismaelitas, moabitas y agarenos;

Guebal, Amón y Amalec;

Filistea, con los habitantes de Tiro;

hasta los asirios se aliaron con ellos

y prestaron ayuda a los descendientes de Lot.

Trátalos como a Madián y como a Sísara,

como a Jabín en el torrente Quisón:

ellos fueron exterminados en Endor

y se convirtieron en abono de la tierra.

Trata a sus jefes como a Oreb y a Zeeb,

y a sus príncipes como a Zebá y a Salmaná,

los que dijeron: «¡Conquistemos para nosotros

los territorios de Dios!».

Conviértelos, Dios mío, en hojarasca,

en paja agitada por el viento.

Como fuego que abrasa la selva,

como llama que incendia las montañas,

persíguelos con tu tormenta,

llénalos de terror con tu borrasca.

Cúbreles el rostro de ignominia,

para que busquen tu Nombre, Señor.

Queden avergonzados, aterrados para siempre,

y desaparezcan llenos de confusión,

para que reconozcan que sólo tú llevas el nombre de «Señor»,

el Altísimo sobre toda la tierra.

Explicación del salmo 83

Evangelio del día

San Marcos 7, 1-13

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,

y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.

Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;

y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.

Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?».

El les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.

Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».

Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.

Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.

En cambio, ustedes afirman: «Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro «corbán» –es decir, ofrenda sagrada– todo aquello con lo que podría ayudarte…»

En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.

Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!».

evangelio del dia


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