San Félix de Valois fue un religioso, cofundador de los Trinitarios. Algunos afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero realmente su nombre proviene de Valois, que sería la provincia dónde habitó originalmente. Este santo se recuerda el 20 de noviembre.
San Félix de Valois nació un 19 de abril de 1127. Desde niño era conocido por ser extremadamente piadoso, amigo de devociones y penitencias, a la par que la caridad. No tenía pertenencias, todo lo que tenía, se lo regalaba a los niños más pobres: comidas, ropas, monedas, regalos, etc.
De muy joven, San Félix de Valois sintió el llamado su vocación, pediría ser ordenado sacerdote y al verse cumplido su objetivo, decidió alejarse del mundo y entraría a la recién fundada Orden del Císter, tomando el nombre de Hugo y siendo discípulo de San Bernardo. Luego de eso, viviría como ermitaño en el bosque de Gandelu, en un sitio conocido como Cerfroid.
En medio de este desierto, conocería a San Juan de Mata, joven que había sido ordenado de presbítero y lo ayudaría a darle un vuelco a su vida. Juan de Mata había tenido la visión sobre su misión de fundar una Orden destinada a la redención de los cautivos cristianos y le comentaría a San Félix de Valois. La leyenda cuenta que ambos vieron aparecer entre ellos a un hermoso ciervo entre cuyas astas resplandecía una cruz azul y roja, exactamente igual a la que Juan habría visto en sus visiones.
San Félix de Valois se pondría entonces a la orden de Dios a pesar de tener ya casi 60 años de edad, viajó a Roma junto con San Juan de Mata para pedir la aprobación de la Santa Sede para la nueva orden, y así formarían la Orden de la Santísima Trinidad, para la Redención de Cautivos.
San Félix de Valois muere un 4 de noviembre de 1212, un año antes que San Juan de Mata.
