Noticias Cristianas. En la parroquia Santa Anna, se invita a los cristianos a reflexionar sobre la No violencia debido a la situación política y social que vive actualmente Cataluña. Se trata de una iniciativa del Hospital de Campaña de la parroquia; en dicha mesa, han intervenido el sacerdote y misionero Jordi Cussó y Eduard Sala, jefe del departamento de Acción Social de Cáritas Diocesana de Barcelona.
Existen dos clases de resentimiento tóxico en Cataluña que llevarían a la violencia
Cussó nos insta a no dejarnos llevar por las circunstancias que rodean la región, eso nos vuelve frágiles ante la misma. Inicia la charla expresando ante los que asisten a esta que «tenemos que ser fuertes con aquellos valores que ya hemos interiorizado y se convierten en nuestras pautas de conducta».
Exponiendo esto, Cussó hace referencia a los sentimientos que han sido mencionados en la carta de la Paz y lo relacionó con la situación que se vive en la actualidad en la región, explicando que, se pueden vivir dos clases de resentimiento en Cataluña: los históricos, porque se están viviendo hechos antiguos como si fuesen hechos que estuviesen ocurriendo ahora mismo en el presente, y el otro de “sentirse víctimas de algún hecho” que sería un sentimiento que nos crea una sensación de repulsión hacia el otro.
Esta sensación de resentimiento, “intoxica” y forman esas situaciones de “no vivir” explica que se debe encontrar entonces mediante la no violencia, una forma de canalizar esos sentimientos de ira, miedo y rabia ante una actitud de completa humildad. Cussó termina su intervención en la mesa, pidiendo el diálogo para encontrar el fundamento.
Eduard Sala: La no violencia es el esfuerzo de no doblar la libertad del otro
Eduard Sala expone al momento de su intervención que «siempre la explicación de un conflicto viene por las percepciones diferentes de una misma realidad» plantea entonces como solución a la no violencia “perdonar y pedir perdón”. «La no violencia es el esfuerzo de no doblar la libertad del otro y construir puentes escuchando y reconocer el valor del otro».
