Santa María, Madre de Dios. Es quizá el mas altísimo honor que mujer alguna sobre la tierra ha podido tener y tiene entre todos los cristianos. La Santa mujer, que fue escogida por Dios, Padre y Espíritu Santo, para concebir y dar a luz al Salvador y Rey de Reyes, al Mesías, hecho hombre. Es la Santa Madre que conmemoramos el 1 de enero.
La Iglesia católica, conmemora este primer día del año a la Santa Madre de todos los cristianos, pero, por sobre todas las cosas, a la mujer que gestó y dio a luz al salvador de la humanidad. Si algún pasaje bíblico nos da fe de amor, entrega y devoción cristianas, así como del martirio mas encarnado que pueda haber padecido ser alguno, es justamente el de Santa María, Madre de Dios.
La pasión de nuestro señor Jesucristo, antecedida por los episodios santos de milagros y enseñanzas, fueron justamente los acontecimientos que Santa María Madre de Dios, presenció y fue ella la primera persona que derramó todo su amor sobre el Mesías, le siguió y estuvo postrada ante su cruz, dando testimonio del amor más profundo hacia nuestro salvador.
En los santos evangelios, se narran los inicios del fervor y origen de nuestra fe cristiana con el nacimiento del niño Dios, y la pasión de Santa María, Madre de Dios, en compañía de San José, tras todo el recorrido que realizaron por la salvación física del Dios nacido, amenazado por la barbarie y edicto del Emperador Herodes I.
El Título de Santa María, Madre de Dios fue establecido durante el Concilio de Efeso, celebrado entre los meses de junio y julio del año 431 y su solemnidad, desde tiempos remotos, es celebrada por todos los cristianos, tras las reformas propuestas por el Papa Pablo VI y San Juan Pablo II, el 1 de enero, octavo día después de la navidad.
