Noticias Cristianas

Evangelio del día 04-08-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL SÁBADO, 4 DE AGOSTO DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 04 de Agosto del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 26, 11-16; 24

Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos».

Pero Jeremías dijo a los jefes y a todo el pueblo: «El Señor es el que me envió a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído.

Y ahora, enmienden su conducta y sus acciones, y escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal con que los ha amenazado.

En cuanto a mí, hagan conmigo lo que les parezca bueno y justo.

Pero sepan que si ustedes me hacen morir, arrojan sangre inocente sobre ustedes mismo, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque verdaderamente el Señor me ha enviado a ustedes para decirles todas estas palabras».

Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios».

Sin embargo, Ajicam, hijo de Safán, protegió a Jeremías e impidió que fuera entregado en manos del pueblo para ser ejecutado.

SALMO

SALMO 68

¡Se alza Dios!

Sus enemigos se dispersan

y sus adversarios huyen delante de él.

Tú los disipas como se disipa el humo;

como se derrite la cera ante el fuego,

así desaparecen los impíos ante Dios.

Pero los justos se regocijan,

gritan de gozo delante de Dios

y se llenan de alegría.

¡Canten a Dios,

entonen un himno a su Nombre!

¡Abranle paso al que cabalga sobre las nubes!

Su Nombre es «el Señor»:

¡griten de alegría en su presencia!

Dios en su santa Morada

es padre de los huérfanos y defensor de las viudas:

él instala en un hogar a los solitarios

y hace salir con felicidad a los cautivos,

mientras los rebeldes habitan en un lugar desolado.

Oh Dios, cuando saliste al frente de tu pueblo,

cuando avanzabas por el desierto,

tembló la tierra y el cielo dejó caer su lluvia,

delante de Dios –el del Sinaí–,

delante de Dios, el Dios de Israel.

Tú derramaste una lluvia generosa, Señor:

tu herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste;

allí es estableció tu familia,

y tú, Señor, la afianzarás

por tu bondad para con el pobre.

El Señor pronuncia una palabra

y una legión de mensajeros anuncia la noticia:

«Huyen los reyes, huyen con sus ejércitos,

y te repartes como botín los adornos de un palacio.

¡No se queden recostados entre los rebaños!

Las alas de la Paloma están recubiertas de plata,

y su plumaje, de oro resplandeciente»

Cuando el Todopoderoso dispersó a los reyes,

caía la nieve sobre el Monte Umbrío.

¡Montañas divinas, montañas de Basán,

montañas escarpadas, montañas de Basán!

¿Por qué miran con envidia, montañas escarpadas,

a la Montaña que Dios prefirió como Morada?

¡Allí el Señor habitará para siempre!

Los carros de guerra de Dios

son dos miríadas de escuadrones relucientes;

¡el Señor está en medio de ellos,

el Sinaí está en el Santuario!

Subiste a la altura llevando cautivos,

recogiste dones entre los hombres

–incluso entre los rebeldes–

cuando te estableciste allí, Señor Dios.

¡Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación!

El carga con nosotros día tras día;

él es el Dios que nos salva

y nos hace escapar de la muerte.

Sí, Dios aplastará la cabeza de sus enemigos,

el cráneo de los que se obstinan en sus delitos.

Dice el Señor: «Los traeré de Basan,

los traeré desde los abismos del mar,

para que hundas tus pies en la sangre del enemigo

y la lengua de tus perros también tenga su parte».

Ya apareció tu cortejo, Señor,

el cortejo de mi Rey y mi Dios hacia el Santuario:

los cantores van al frente, los músicos, detrás;

las jóvenes, en medio, van tocando el tamboril.

¡Bendigan al Señor en medio de la asamblea!

¡Bendigan al Señor desde la fuente de Israel!

Allí Benjamín, el más pequeño, abre la marcha

con los príncipes de Judá, vestidos de brocado,

y con los príncipes de Zabulón

y los príncipes de Neftalí.

Tu Dios ha desplegado tu poder:

¡sé fuerte, Dios, tú que has actuado por nosotros!

A causa de tu Templo, que está en Jerusalén,

los reyes te presentarán tributo.

Reprime a la Fiera de los juncos,

al tropel de los toros y terneros:

que esos pueblos se rindan a tus pies,

trayendo lingotes de oro.

El Señor dispersó a los pueblos guerreros;

telas preciosas llegan de Egipto

y Etiopía, con sus propias manos,

presenta sus dones a Dios.

¡Canten al Señor, reinos de la tierra,

entonen un himno a Dios,

al que cabalga por el cielo,

por el cielo antiquísimo!

El hace oír su voz poderosa,

¡reconozcan el poder de Dios!

Su majestad brilla sobre Israel

y su poder, sobre las nubes.

Tú eres temible, oh Dios, desde tus santuarios.

El Dios de Israel concede a su pueblo

el poder y la fuerza.

¡Bendito sea Dios!

Explicación del salmo 68

EVANGELIO DEL DÍA

SAN MATEO 14, 1-12

En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: «Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos».

Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla».

Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta.

El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera.

Instigada por su madre, ella dijo: «Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre.

Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.

evangelio del día


Última actualización:


¡Comparte!

Compartir en Facebook Compartir en Pinterest Compartir en Twitter Compartir en Whatsapp