San Pedro Armengol. Nacido en “Guardia del Prats” región de Tarragona, España, a mediados del siglo XIII, presumiblemente en 1238, es el Santo que conmemoramos el 27 de abril. Descendiente de los Condes de Urgel, una destacada y acomodada familia de la región.
San Pedro Armengol es considerado como el patrono de los mercenarios y de los jóvenes en problemas y ello es, porque su vida, al contrario de lo que se pudiera suponer, dado su origen, tuvo un desventurado revés durante su adolescencia que lo hizo involucrarse en malas andanzas y provocar su huida prematura para convertirse en bandolero y rodearse de perversas compañías.
Tan infortunado camino lo llevó incluso a enfrentarse en una ocasión, cuerpo a cuerpo, con su propio padre, que era oficial de la guardia real, hecho que sacudió el atribulado espíritu rebelde de San Pedro Armengol, quien recibió el llamado de Jesús, el Buen Pastor, haciéndolo reflexionar sobre su vida y lo llevó a ingresar, por intercesión de su padre, a la Orden de los Frailes de la Merced, con la finalidad de dedicar su vida a labores de misericordia y redención de los cautivos.
Siendo fraile, San Pedro Armengol se destacó por tratar de redimir a los cautivos de las regiones ocupadas por los Moros, ofreciéndose en ocasiones él mismo como prisionero a cambio de la liberación de otros que padecían en cautiverio.
Estando cautivo en Bugía, región ocupada, no se recolectó a tiempo el dinero para la liberación de San Pedro Armengol, por lo que fue condenado a la horca, sin embargo, no murió al ser salvado en brazos de la Santísima Virgen, manteniéndose con vida hasta su rescate y envío de nuevo a España, donde se retiró al Convento de Santa María de Prats, en su pueblo natal, llevando allí una ejemplar vida santa de penitencia y servicio, hasta su muerte, el 27 de abril del año 1304.
