San Alberto Magno, llamado así por la profundidad y amplitud de sus conocimientos. También le conocían como “el Doctor Universal” ya que sus conocimientos en cualquier campo eran completamente extraordinarios. Es el santo que festejamos el 15 de noviembre.
San Alberto Magno nació en Lauingen, Baviera a inicios del siglo XIII. A su corta edad de 16 años, se mudó hacia Padua para poder comenzar sus estudios universitarios, y allí llegó a conocer al superior general de los dominicos, el beato Jordán de Sajonia, quien lo motivaría a optar por la vida religiosa.
Visitó a los frailes predicadores y fue enviado después hasta Colonia, ahí era donde se encontraba la escuela más importante de la Orden. Terminó por enseñar en Hildesheim, Friburgo, Ratisbona, Estrasburgo, Colonia y París. Una gran cantidad de alumnos asistían a sus clases, eran tantos que se vio en la necesidad de dar sus clases en una plaza pública, la que todavía hoy en día lleva su nombre. Uno de sus más conocidos aprendices fue Santo Tomás de Aquino.
En el año de 1278, mientras daba una clase, repentinamente su memoria comenzó a fallar y habría perdido la agudeza de su entendimiento.
San Alberto relataba que, de joven le costaba mucho los estudios, y un día decidió huir de la escuela en donde se encontraba. Al tratar de escapar, se encontró con Nuestra Señora la Virgen María, quien le habría dicho: Alberto, en vez de huir del colegio ¿por qué no me rezas a mí que soy ‘Casusa de la Sabiduría’? Si tienes fe y confianza en mí, te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya llegue la hora de tu partida, olvidarás todo lo que sabías”.
Alberto muere apaciblemente, sin que hubiese padecido algún tipo de enfermedad. Se hallaba sentado conversando con sus hermanos en Colonia el 15 de noviembre de 1280.
